Durante el pasado pleno del Ayto. de Morata, un vecino del pueblo que asistía al mismo, increpó al alcalde con palabras que no debieron gustarle demasiado, por lo que, Don Mariano Franco, haciendo alarde de su ostentoso poder ejecutivo y como si de un Emperador romano (Calígula, por ejemplo) se tratara, decide hacer uso de ese poder y denunciar al vecino al que invitó a quitarse la gorra y abandonar la sala.
Mas allá del grotesco espectáculo lleno de salidas de tono por ambas partes, esto nos demuestra que el equipo de gobierno es completamente incapaz de soportar la crítica. Una cosa es echar a una persona que está alterando el orden durante el pleno y otra muy distinta es hacer uso del poder que ejerce un gobernante sobre un ciudadano que, sabe de buena tinta, que no se va a poder defender.
Por este motivo, le ponemos una carita triste al alcalde de Morata por acallar las críticas de sus vecinos con querellas o denuncias.