Pues sí, señores. La Universidad Rey Juan Carlos, ha propuesto la creación de una carrera (graduado) en Igualdad para "formar profesionales que vigilen el cumplimiento de la Ley de Igualdad, de la misma manera que ocurre con la Ley de Dependencia o como ya sucedió con las relaciones laborales".

Explican también que "se construye al amparo de la política de la Comunidad de Madrid acerca del papel de la mujer en la sociedad". Este nuevo grado está a la vista de que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) la dé por válida.

Lejos de querer juzgar a nadie, me resulta incomprensible el hecho de querer crear unos estudios de cuatro años en pro de la igualdad de derechos. Casi parece que la propuesta saliera de la propia ministra Bibiana Aído o de su Ministerio en Igualdad. Entendería que se hiciera un máster o un postgrado en Igualdad, como una especialidad de carreras como Derecho, Políticas, Relaciones Laborales, Sociología o incluso, si me apuras, Psicología. Pero, ¿estudiar durante cuatro años asignaturas como "Políticas Públicas de Igualdad, Introducción a la Empresa, Igualdad y Dependencia, Políticas Tributarias, Derecho Comparado, Derecho y Empleo, Relaciones Laborales" que se proponen para la titulación? Es como hacer un grado en patatas y no tener ni idea de tubérculos, o como hacer una carrera sobre Manierismo ¡y la especialidad en Renacimiento!. Me resulta increíble, eso sí: ¡Suena tan moderno...!

Barren de un plumazo algunas carreras, modifican y/o mutilan muchas otras para crean éstas nuevas titulaciones al amparo de nuevas leyes y nuevas políticas económicas. Me parece un tanto sospechoso y absurdo. Creo que con esto, sólo consiguen liar aún más, si cabe, el ya de por sí complejo sistema de antiguas licenciaturas, másters, doctorandos, doctorados ...etc, en favor de una visión puramente monetaria de la universidad pública.

Veremos qué resulta de todo esto.

El PSOE ha registrado en el Congreso de los Diputados una propuesta para que se "eliminen los estereotipos que mantienen los roles machistas" en las escuelas públicas y se promueva, por ejemplo, que las niñas jueguen al fútbol y los niños a la comba, tal y como expresó el diputado socialista José Alberto Cabañes, autor de dicha proposición. De esta manera explican que podría elaborarse una guía para que los profesores de Educación Primaria puedan implantar juegos no sexistas dentro de los centros escolares, ya que los juegos suponen "un instrumento de transmisión de valores y pautas sociales de conducta que en ocasiones contribuyen al mantenimiento de roles sexistas contrarios a la igualdad de niñas y niños". Según el diputado se trataría de "desterrar de los patios de los colegios actitudes que mantienen los roles machistas, como que las niñas no puedan jugar al fútbol o los niños no puedan jugar a la comba".

Lejos de ser una propuesta correcta y en principio incluso óptima, el diputado parece obviar que este tipo de educación (coeducación, suelen llamarla) viene dándose en la mayoría de los centros escolares públicos desde hace ya muchos años. Lo mismo es que este señor no se ha enterado. La mayoría de los docentes en las aulas transmiten estos valores antisexistas (y muchos otros), y usan para ello el juego como motor de transmisión puesto que éste es el mejor vehículo para llegar a los niños. Sin embargo, no todo se gesta en las aulas, existen muchos otros factores (ambientales, familiares...) que influyen en estos roles.

Como docente, esta propuesta me resulta desfasada o incluso, si cabe, insultante, ¿acaso esto no viene proponiéndose desde el Ministerio de Educación y está presente en la elaboración de los curriculos de los centros desde la EGB, que por otra parte salió del ideario socialista? No parece recordarlo el señor Cabañes.

Y además, con la que está cayendo, quizá esta propuesta debería dejarse para otra ocasión.